Es la disciplina más difícil, pero la más extraordinaria; ¡es un reto!
Un lento viaje al interior de alguien, donde puedo ver su alma, su verdad limpia. Después, a través de sus rasgos físicos, interpreto cuanto he percibido.
“La mirada tendrá que transmitir siempre lo que el exterior no deja ver, pero que yo, tras mi viaje, ya conozco”.